El tribunal de casación tiene sus orígenes en Francia, y en El Salvador adquirió forma con la Constitución de 1883. Actualmente, la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia es el principal órgano encargado de la casación en materias civil, mercantil, laboral, ambiental y de familia. Aunque la Constitución de 1983 ya no menciona a la Corte de Casación como tal, la ley secundaria ha conferido a la Sala de lo Civil esta función crucial: garantizar la correcta aplicación del Derecho y la uniformidad jurisprudencial.
A diferencia de los tribunales de instancia, la Sala de lo Civil no revisa directamente los hechos, sino que fiscaliza el respeto y la interpretación de las normas jurídicas. Su labor se divide en una función negativa, que consiste en anular decisiones judiciales contrarias a la ley, y una función positiva, mediante la cual orienta la manera correcta de resolver controversias, creando un efecto pedagógico y uniformador. En determinados casos, la Sala ejerce además la potestad de resolución, lo que le permite dictar directamente la sentencia sustitutiva, consolidándose como un auténtico tribunal de casación.
La Sala de lo Civil en El Salvador es también un centro de unificación jurisprudencial, pues vela porque la aplicación de la ley sea uniforme en ámbitos tan diversos como lo civil, lo laboral o lo familiar. Su misión no se limita a censurar errores jurídicos, sino que también asegura seguridad jurídica y cohesión en el sistema. Esto la convierte en un órgano clave para mantener la coherencia normativa, consolidar criterios jurisprudenciales y garantizar el acceso a una justicia equitativa y previsible.
Este artículo forma parte del libro “NOCIONES DE CASACIÓN: Aplicación en el ámbito civil, mercantil, laboral, ambiental y de familia”, que será publicado en el año 2025 por la Universidad de El Salvador.
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