El edificio de la investigación posee determinadas estructuras. Sus estructuras fundamentales son la estructura epistemológica, la estructura metodológica y la estructura teórica. Sin una de ellas, el edificio está condenado a derrumbarse.
En esta oportunidad se reflexionará sobre la primera, para lo cual será necesario demarcar el significado de la epistemología, tomando en consideración que el objetivo de este artículo es aclarar cuál es su importancia y su relación con la investigación, o, si se quiere ser más específico, con la investigación científica.
Epistemología
“El término epistemología se deriva de las voces griegas: episteme = ciencia y logos =tratado, literalmente la epistemología es el tratado de la ciencia” (CUENCA-JIMÉNEZ, Roberto, et. al, 2019; p. 4). Como “tratado de la ciencia”, la epistemología se encarga de estudiar el conocimiento del conocimiento, que para la ciencia no es otro que el conocimiento científico.
La epistemología no estudia los objetos o fenómenos sobre los cuales se adquiere el conocimiento, sino que estudia la forma, la posibilidad, el fundamento y los requisitos del conocimiento, esto es, del conocimiento acerca del conocimiento de esos objetos o fenómenos. No estudia, por ejemplo, los procesos de la respiración o el movimiento de los cuerpos, como lo hacen la Medicina y la Física, sino que estudia todo lo relacionado con el acto de conocer el conocimiento sobre los referidos fenómenos.
La historia de la ciencia testifica sobre el enorme problema que apareja el conocimiento del conocimiento. En determinado contexto histórico, se pensó que la tierra era el centro del universo, lo cual resultó ser un error. Ese ejemplo, como muchos otros más, revelan la importancia de conocer el conocimiento, en función de depurar todo germen de falsedad presente en el mismo. La ciencia no está habilitada para tolerar el error sobre el conocimiento.
Edgar Morin (2006) ha dicho que, “cuando el pensamiento descubre el gigantesco problema de los errores e ilusiones que no han dejado (ni dejan) de imponerse como verdades en el curso de la historia humana, cuando descubre correlativamente que lleva en sí mismo el riesgo del error y la ilusión, entonces debe procurar conocerse”.
En otras palabras, cuando el ser humano identificó el riesgo de asumir como conocimiento algo que en realidad no lo es, la ciencia asumió el compromiso de eliminar la posibilidad de su error o ilusión. Así, la epistemología deviene como la reflexión teórica encargada de separar al conocimiento del no-conocimiento. No es conocimiento, en términos científicos, el que no da cuenta de la verdad de las cosas.
“La epistemología decide sobre lo que vale como conocimiento y de manera más específica, como ciencia, desde el punto de vista de su racionalidad (…) Hacemos una reflexión epistemológica cuando queremos precisar por qué consideramos un tipo de conocimiento como racional, más allá de las circunstancias particulares, y desde allí por qué vale como conocimiento” (MORENO ORTÍZ, Juan, 2008; p. 170).
Aunque se le califique como una reflexión de segundo orden, debido a que no se interesa por el conocimiento de los objetos o fenómenos en sí mismos, la epistemología aparece como un dispositivo teórico de dimensiones transversales, por cuanto atraviesa cualquier campo científico en función de la misión que se le ha encomendado. En su transversalidad se ha especializado. Se habla, por ejemplo, de epistemología jurídica, epistemología social y epistemología pedagógica.
Epistemología e investigación
Imagínese que la investigación está representada por un inmenso edificio, en cuyo interior se organizan las diferentes unidades de la empresa que opera en su interior, y que la función o “giro” de esta empresa es la organización y aplicación del conocimiento. Supóngase, además, que la empresa ha establecido sus operaciones al interior de dicho edificio, en tanto que este posee las condiciones o presupuestos necesarios para dichos efectos.
Ahora imagínese que ese edificio pierde las condiciones o presupuestos requeridos por la empresa, lo que supone una serie de cambios estructurales al interior de ésta, por cuanto queda imposibilitada para satisfacer con eficiencia los propósitos de su constitución. En tal escenario, la empresa se habrá extraviado de su razón de ser, desatendiendo su giro y desarticulándose poco a poco del mercado y los consumidores.
Similar situación ocurre entre la investigación y la ciencia. El gran edificio de la investigación, esa magna estructura de acciones y reflexiones, alberga la empresa científica de la humanidad. Lo propio de la investigación (es decir, de la investigación científica) es producir o descubrir conocimiento; pero no cualquier conocimiento, sino uno que le interesa a la ciencia. Un conocimiento con proyección de verdad; o sea, el conocimiento científico.
Solo es ciencia el conocimiento con proyección de verdad (aunque sea provisional), el conocimiento que se separa del no-conocimiento, del error, la ilusión y la falsedad. Si ese conocimiento emana de la investigación, interesa que la investigación cuenta con los dispositivos necesarios para suprimir el error, la ilusión y la falsedad. Ese dispositivo, como se entenderá, lo configura la epistemología.
Se observa así la íntima relación entre investigación, epistemología, conocimiento y ciencia. El conocimiento es el punto de encuentro entre la investigación y la epistemología. La primera está interesada en producirlo o descubrirlo, mientras que la segunda está enfocada en asegurarse de que esa producción o ese descubrimiento sea un conocimiento científico, o, si se prefiere, un conocimiento que le interesa a la ciencia. Que no sea, por ejemplo, un conocimiento no crítico (vulgar o mitológico).
Si la investigación es incapaz de identificar el conocimiento que realmente le interesa a la ciencia, la investigación habrá perdido su horizonte y la empresa de la ciencia comenzaría a decaer en el cumplimiento de su giro, desarticulándose poco a poco de la realidad y la verdad. Quiere decir, por tanto, que la investigación requiere de un presupuesto epistemológico para satisfacer el cometido científico.
Sin epistemología, la investigación es ciega, y, tristemente, olvida al lugar al que iba. Sin ella, el conocimiento pierde contacto con la realidad, y nosotros, como sus portadores, seguimos la misma suerte.
La articulación entre el edificio de la investigación y el giro de la empresa científica, sólo es posible en tanto que el edificio de la investigación cuenta con las estructuras o condiciones necesarias para que la empresa de la ciencia disponga de un conocimiento que lucha contra el error, la ilusión y la falsedad. Una de esas estructuras, como ya se ha dicho, es la estructura epistemológica.
Cuestiones epistemológicas
La ciencia funciona sobre determinadas estructuras. Esas estructuras deben estar presentes en el edificio de la investigación. Y es aquí, como ya se dijo, donde entra en juego la epistemología, porque si lo propio de la investigación es la producción de conocimiento, y si lo propio de la epistemología es estudiar el conocimiento del conocimiento, es evidente la relación que existe entre ambas.
Se sugiere que cualquier curso sobre metodología de la investigación inicie con fundamentos de epistemología. La idea es sencilla. No se puede mostrar el camino sin saber adónde se quiere llegar. De qué sirve hablar de los métodos científicos si no se identifica el conocimiento que le interesa a la ciencia. Poco se habrá dicho, por más que se haya hablado del método, si el investigador no se enriquece de la cuestión epistemológica.
La cuestión epistemológica pasa, por ejemplo, por reflexionar sobre los métodos filosóficos de aprehensión del conocimiento, las fuentes del conocimiento, la lucha contra el prejuicio, las posibilidades del conocimiento, la demarcación de la ciencia, la robustez de la verdad, las discusiones sobre la explicación y la comprensión, la discusión sobre el método científico, la función del lenguaje, y más.
Reflexionar sobre la aprehensión del conocimiento mediante la mayéutica socrática, la dialéctica platónica, la lógica aristotélica, la disputa escolástica, la duda metódica cartesiana y la intuición intelectual, forma parte de la cuestión epistemológica.
El estudio de los postulados del racionalismo cartesiano y del empirismo baconiano, orientan a la cuestión epistemológica sobre las fuentes del conocimiento. O se conoce mediante la razón o por medio de los sentidos. O, como lo sostuviera Kant, se conoce en la síntesis de ambas concepciones (en términos generales, Kant sostuvo que, en principio, se conoce mediante los sentidos, pero es la razón quien impregna sus leyes al objeto conocido). ¿Cuál es, pues, la postura del investigador?
El optimismo epistemológico, relativo a la idea de que el ser humano puede conocer fácilmente, o el pesimismo epistemológico, que subraya que la verdad yace en las profundidades de las cosas -como lo sostuviera Demócrito-, apelando a la dificultad del conocimiento, remiten a otra cuestión epistemológica. El escepticismo de Kant sobre la imposibilidad de conocer las cosas en sí mismas, también remite a ella.
El esfuerzo por distinguir la ciencia de la no ciencia, con el fin de demarcar las fronteras del conocimiento científico, vuelve al mismo asunto. Y sobre este, se construyen instrumentos que califican el carácter científico del conocimiento. Aparece, por ejemplo, el tribunal de la experiencia y se establecen sistemas de verificación inductiva.
Más adelante, se transita hacia el tribunal del lenguaje (la lógica del lenguaje), considerando que el conocimiento científico es el que goza de significado, es decir, el que resulta inteligible. No es científico, por ser ininteligible, el conocimiento metafísico, como aquel que se auxilia de conceptos que carecen de contenido real, como las ideas de sustancia o entidad. La concepción fisicalista aflora en la discusión.
La cuestión epistemológica se enriquece de los postulados del racionalismo crítico. En efecto, el sistema de falsificación popperiano y el abandono de la idea de que el conocimiento científico es un conocimiento absolutamente verdadero, planteó la lógica de la investigación científica. Las hipótesis en una investigación, entonces, no necesariamente deben comprobarse como verdaderas para sostener el éxito de la investigación.
La discusión sobre la ciencia verdadera, planteada por las ciencias naturales y las ciencias sociales, en el que se identifica la lucha del positivismo decimonónico, el positivismo lógico, la hermenéutica y la teoría crítica, es una discusión que atiende a cuestiones epistemológicas. ¿Es ciencia la Sociología? ¿Es ciencia el Derecho? ¿Es ciencia la Economía?
En conclusión, es laborar del investigador esmerarse por depurar el conocimiento, tras el propósito de asegurar su carácter científico. Esa es, desde luego, una cuestión epistemológica.
La empresa de la ciencia requiere de un edificio de sólidas estructuras epistemológicas. Por igual, requiere de firmes estructuras teóricas y metodológicas, de las cuales se hablará más adelante.
Referencias
- GADEA, Walter Federico, CUENCA JIMENEZ, Roberto Carlos y Alfonso CHAVES-MONTERO, Epistemología y fundamentos de la investigación científica, CENGAGE,UTPL, La Universidad Católica de Loja, México, 2019.
- MORENO Ortiz, Juan Carlos, Crisis y evolución actual de la epistemología. Co-herencia, vol. 5, Universidad EAFIT, Medellín, Julio-Diciembre 2008.
- MORIN, Edgar, El método III, Ediciones Cátedra, 2006.
Deja un comentario